Muchos españoles ricos tuvieron la peculiaridad de decorar algún rincón de sus mansiones con mascarones de proa -que eran unas figuras de madera que decoraban la parte delantera de los barcos-, muchas veces con forma de sirenas o figuras mitológicas, otras veces de feroces leones que surcaban los mares desconocidos, dando protección con su fiero aspecto a los tripulantes de la embarcación. Una mansión en Lima ostentaba una de estas figuras, era la casa de don Miguel de Castañeda y Amuzquíbar.
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Mascarón de la Casa Castañeda. (Crédito: José Cerna Sabogal) |