El viajero francés Gabriel Lafond, marino de profesión, nos narra en su obra "Viajes en la América Española" detalles de la vida en Lima en el año 1822, en el que se encuentra una curiosa descripción acerca de un suceso comentado por aquellos dias, la del demonio de la Independencia.
Una vista de las casas de Lima, la mayoría eran así en 1822 (calle Juan Simon) |
En 1822, en Lima la mayoría de casas tiene un piso, raras son las que tienen dos plantas, y casi todas ventanas de rejas. En la fachada de la calle no hay sino una portón grande y a veces una ventana a cada lado. Pero en su interior, en la primera ojeada se advierte el gusto al lujo y a lo relumbrante. Antes de la guerra de la independencia, se veían ricas casas, en la que todos los utensilios de menaje, vajillas, jarras, candeleros, eran de plata maciza. Los muebles están cubiertos de pequeños objetos de filigrana, imitando pavos reales y otros animales. Estos signos de opulencia han desaparecido poco a poco hoy en día (1822), pese a que la plata es el producto del suelo, se le ve con menor prodigalidad que antes.
A veces tienen las casas un segundo patio que sirve de caballeriza y de gallinero. Sus techos son planos y muy ligeros, pues no son sino pequeñas vigas que sostienen esteras de cañas cubiertas de una capa de arcilla. Ocurre a veces que se rompen cuando uno marcha sobre ellos, pisando con alguna fuerza. Algunas veces se colocan macetas de flores en la cornisa de la casa que da sobre la calle.
Asimismo, hay la costumbre de tender la ropa interior en los techos.Que se me permita relatar un incidente, que aunque burlesco ha de servir para confirmar y ampliar lo que acabamos de decir sobre Lima:
A bordo de La Rita se encontraba una pasajera muy linda y muy amable, quien me presento a una de sus vecinas, no menos encantadora que ella. Estas damas vivían en un primer piso, frente a frente de la iglesia de Santo Domingo. Yo pasaba con frecuencia una parte de la noche en el techo conversando con esta persona, la que afirmando que era casada, no podía recibirme de día. Yo me prestaba muy gustosamente a creer en la suposición de la existencia de este matrimonio, en un país en el que hay muchos sospechosos. Una tarde sin embargo, cerca a la medianoche, golpearon la puerta.
- ¿Quien esta ahí?, pregunto ella.
- Soy yo, respondió una voz que delataba al amo.
- Es mi marido!, me dijo ella, ¡estamos perdidos!
No había sino un puerta de salida, no siendo fácil la salida. Con todo, pase a un cuarto oscuro, a que me empujo ella, señalándome una ventana, a través de la cual di un salto hasta el techo vecino, que tembló con mis pasos. Poco acostumbrado todavía a las condiciones materiales de las localidades del país, continué mi carrera de techo en techo. Ya iba a dar a otra calle, cuando en eso me vi cerca de un techo que era seis pies mas bajo (un metro ochenta). Salte sobre el y mi peso lo desplomo, me hundí y fui a caer sobre el cielo de una cama, a la que aplaste. Una multitud de negritos espantados por esta fantástica aparición, lanzaron gritos terroríficos, llamándome fantasma, duende, aparecido. Aprovechando su espanto, pude apagar la única bujía que los alumbraba y salí a la calle.
Cuando me serene un poco, volví por curiosidad delante de la puerta por la que había salido. Una multitud de comadres, de mulatas y de negras se había juntado delante de la tienda. Era la de un zapatero. El ama de casa, una mulata gruesa y fuerte, relataba que ella había visto el duende con sus propios ojos, el cual era completamente blanco y rodeado de una nube y tenia una maza en la mano derecha, arrojando fuego por la boca y los ojos. Yo me reía a mandíbula batiente del miedo supersticioso que había inspirado y al que había debido mi fácil salvación.
Cada vecina agrandaba la narración de la zapatera, el barrio paso toda la noche conmocionado y al día siguiente encontré, en la mañana, al señor Rivas, que regresaba de hacer oficiar una misa para preservar su casa del demonio de la Independencia que se había aparecido en los alrededores. Y digo el demonio de la Independencia, pues este buen español se imaginaba que Dios quería castigar de esta manera a estas poblaciones por su infidelidad a la causa realista. ¡Cuantos milagros no habrán tenido un origen mas santo que este!
Fuente:
Gabriel Lafond, Voyages autour du monde et naufragues celebres, Paris 1843, vol. II
6 comments:
Saludos, muy buena la historia!!! Tengo una pregunta: dónde pudiste dar lectura del libro del viajero?
Espero puedas contestarme.
Hasta pronto y que te vaya bien.
Hola Cesar! gracias por leer el articulo. Lo que publique es una parte de un capitulo dedicado a este viajero francés en un libro de Lima visto por viajeros. Siempre los viajeros han dejado reseñas muy importantes del modo de vida y costumbres de nuestra ciudad. Saludos!
Jajajajaja, me he revolcado de risa con esta historia, solamente usando mi imaginacion.
Es muy interesante su blog David, , he estado viendo algunas de sus fotos y verdaderamente algunas son muy interesantes y raras, por lo que lo felicito. Tratare de verlas todas dado que es de mi interes recuperar la memoria de muchas de las cosas que incluso en pococ años ya se olvidan o no las han tomado en cuenta. Lo que si creo que deberia cambiar el texto de las fotos en las que estan equivocadas para no llamar a engaño a los nuevos visitantes. Agradecerìa se sirva contestarme a mi correo privado @hotmail.com a fin de intercambiar datos. Aplaudo la idea de continuar con la documentaciòn fotografica de las casas interesantes y las no tanto que aun permanecen en pie , aun de pocos años y que en cualquier momento desaparecen, como la de la Casa de la Tradiciòn. A proposito , tiene documentaciòn de la casa de los Benavides Correa en la 19 de Brasil(al lado de la nueva Encarnaciòn y delante del Olivar de la Buena Muerte o la de Lizardo Proaño en la 9 de la misma Av. ?
Saludos
HUgo
Hola marec, gracias por su comentario. Estaré encantado de intercambiar datos, he tenido comentarios acerca de algunas fotos que he puesto y que sin voluntad de mi parte, pueden haber incurrido en desinformación a otras personas, aun así dentro de mis posibilidades trato de confirmar que cada imagen expuesta corresponde al tema o articulo que se trata, pero en caso contrario estare agradecido que se me haga ver el error para hacer la correccion inmediata. No tengo su correo pricado pero me puede escribir directamente a [email protected]
Saludos!
Q interesante y divertida hostoria
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